Lobito es un claro ejemplo de que nunca hay que decir no se puede ni abandonar los esfuerzos por rehabilitar a cada uno de los perros que llegan a nosotros en malas condiciones de salud. Él llegó a nosotros por medio de una conocida que no lo podía tener más y fue allí donde comenzamos a hacerlo tratar con los mejores especialistas para que pudiera vovler a caminar. Fue recuperado de varias heridas que tenia y ha ganado peso. Fue castrad y vacunado como corresponde.
Gracias a la ayuda de muchas personas que aman a los animales, conseguimos un arnés y un carrito para que Lobito pudiera continuar su recuperación. Poco a poco fur logrando apoyar sus patitas de atrás y hoy ya camina perfectamente con el carrito.
Los perros inválidos requieren de cuidados especiales y muchas veces por este motivo las personas no quieren adoptarlos. Nuestra experiencia con Lobito ha sido maravillosa a pesar de que seguimos buscando un hogar para él. En el caso de Lobito las recomendaciones son que tiene que hacer fisioterapia, caminar en el carrito varias horas al día, recibir buena alimentación y sobre todo mucho amor porque el amor ayuda a sanar.
